miércoles, 3 de diciembre de 2014

Ese inquilino Llamado Ego




                                                                                                                              Tercera Parte 
Si el inquilino  se ve castrado  por algún motivo o se pone en evidencia  de manera sorpresiva, sentimos un malestar que abre el camino a las emociones toxicas, la ira, el desasosiego, la tristeza, se acomodan en nuestro ser  y si estas permanecen más de lo necesario, el ego en cuestión proveerá suficiente material para llegar a caer en depresión. El constante accionar, el ir y venir de las circunstancias que lo alimentan son un terreno fértil para las enfermedades.
Partiendo de estas categorías podemos emprender el camino para reconocer y aceptar a nuestro ego.
Es el momento de observarnos, para detectarlo. En nuestro día a día escuchemos lo que decimos, como lo decimos,  Si reconocemos a nuestro ego sabelotodo por ejemplo, no funcionaría atacarlo de manera mortal, sentirnos culpable de que nuestra mente fabrique esos pensamientos. Funciona mejor negociar, si es sabelotodo debe desear aprender así que hacerle ver que aprenderá del interlocutor ayuda y en la medida que realmente escuche todo saldrá bien, poco a poco se acostumbrara a callar y a aprender y allí seremos  dueños de la situación. Al principio nos será difícil mantener a raya a nuestro ego, pero utilizando la respiración, la atención, la meditación  y el amor lo lograremos.
Ya hemos reconocido de qué tamaño es nuestro ego, sus características, los tipos que predominan en nuestro ser. Hemos encontrado cuanto poder ejerce en nosotros y como nos ha venido afectado. Entendemos que debemos trabajar en el diariamente , los ejercicios que se han dispuesto en temas anteriores sobre respiración atención y meditación serán nuestros aliados.

Para que la labor sea más sencilla es bueno enumerar algunas manifestaciones de nuestro ego que propenden a su dominio, evaluarlas de esta manera nos facilita el trabajo:

1.- Existe en el individuo una necesidad de ACEPTACION por parte de los demás, es tiempo perdido ya que la aceptación externa no es más que fantasía del ego, una ilusión. Cada individuo es diferente y lo que uno acepta el otro no, así que debe entenderse esto…El ego te engaña cuando te dice que debes hacer que los demás te acepten . Rechaza esa posición. Cuando te encuentres sintiendo la necesidad de ser aceptado por los demás, respira cinco veces de manera profunda, relájate conéctate con tu esencia que es perfecta y aniquila ese pensamiento. En alguna oportunidad por alguna acción que has ejecutado, sientes que los demás pueden estar condenando tu acción, te llena un profundo malestar aniquilador de autoestimas, como respuesta y por sobrevivencia el ego genera en ti una serie de respuestas que más que  una solución perjudica tu bienestar . Rechazando desde el principio la necesidad de aceptación, evitaras muchos conflictos internos.

2- Se humilde, sencillo es una de las mejores armas contra nuestro inquilino. Tener interés por las cosas simples a nivel material y espiritual nos ofrece tranquilidad y sosiego. “tener lo mejor” “lo más Caro” proviene de dónde? Que nos motiva a desear tantas cosas materiales? El ego nos dirá que nos merecemos lo mejor y para él lo mejor es aquello que deslumbre a los demás y que ofrezca un status, una hegemonía. Nos convertimos en esclavos del tener, y empezamos a tener más de lo que podemos manejar. El resultado es una constante angustia, envidia, inconformidad, egoísmo. Podemos practicar la sencillez a partir del desarrollo de un estilo de vida cómodo pero no ostentoso y a partir del recurso a situaciones de felicidad que no se relacionen con el consumo sino con las experiencias vividas y con aquellos que nos rodean. Las personas sencillas son naturales y espontáneas, rechazan el protocolo y prefieren la informalidad. La sencillez es un valor actualmente muy apreciado en las personas. Quienes lo tienen se caracterizan, entre otras muchas cosas, porque son humildes, porque no hacen ostentación de lo que poseen o de lo que saben, porque no se dedican a dar lecciones a los demás sobre qué deben hacer o cómo deben realizar algo, porque no hablan siempre de sus logros o de sus aciertos… Es ser humildes de acción y pensamiento, lograr esto a través del ejercicio diario de esta cualidad, conlleva a que muchas presiones y tensiones se desvanecerán y estaremos conviviendo con la felicidad  con más frecuencia.

3- Pretender ser más o creer que se eres menos es una de las trampas más frecuentes de nuestro inquilino. Si nos encontramos con pensamientos que incitan a algunos de estos estados, es menester reaccionar y estar claro que no se es ni más ni menos que nadie solo se es. En la medida de que este pensamiento se va insertando en nuestra psique nos seguiremos ahorrando malestares y conflictos internos.

4- Eliminar las culpas de nuestro ser es prioritario para controlar el ego. Donde se encuentra la culpa ,? En el pasado, es una sensación de malestar por algo que ya se hizo, o se dejó de hacer,  así que no tiene sentido sentir culpas, ya paso. Para ello pedir perdón, perdonarse, reivindicarse, corregirse es una muy buena opción para aniquilar la culpa. El ego tiene la costumbre de regodearse del pasado lo cual conlleva a que nos sintamos intranquilos. Nuestro organismo se mantiene generando químicos que deterioran nuestra salud. Entonces otro paso importante es decirle al ego que no eres culpable de nada que ya todo paso y si seguimos con nuestro pensamiento corregir, perdonar…y seguir de inmediato. No es no tener conciencia esa premisa es parte de la trampa del ego es que lo hecho hecho esta y solo queda las consecuencias…sobre estas es que debemos trabajar para minimizar el impacto de los errores. , somos humanos, corrige y continua.

5- El ego nos dirá que debemos ganar, que siempre tenemos que tener la razón, tras esto perdemos respiros, y latidos. Le diremos al ego que prefieres ser feliz que no estas en una contienda. Tus acciones tendrán el resultado que deban tener según como estés manejando tu vida. Ser mejor o peor no te dará lo necesario para subsistir, es solo un pensamiento del ego que envuelve y distorsiona la realidad. Cuando evitamos que nuestras acciones se basen en el ganar o tener la razón, empezamos a tener control sobre nosotros mismos. Cuando discutimos con alguien por tener la razón, se pierde la perspectiva de lo que se conversa, la atmosfera se torna gris y áspera .Incluso podemos molestarnos con esa persona. Son dos egos en batalla esto no tiene sentido. Si estamos conversando con alguien y ambas están centradas, equilibradas la conversación es productiva. Si por el contrario estas presto a ser honrado y sientes que quieres demostrar algo con tus argumentos pero esa persona es obcecada y esta distante a escucharte, pierdes tu tiempo. Si la persona está equivocada no va a dar su brazo a torcer. Continuar con una disputa es dejar que tu ego tome la batuta.
6- Al ego le encanta quejarse por una cosa o por otra, si llueve es porque llueve si no llueve es porque no llueve así es el ego. Nunca pareciera estar contento, satisfecho. Los niveles de exigencia se incrementan a medida de que va tomando el control la queja. Les pasa que nos percatamos de la constante quejas de otros  y es una alerta que nuestro ser nos ofrece, si estamos rodeándonos de gente que se queja con mucha frecuencia, ten la seguridad de que tu estás haciendo lo mismo. Esto te llama a la reflexión y puedes tomar medidas. El ego utiliza la queja para conseguir aceptación, llamar la atención, manipular. Cuando te encuentres quejándote rechaza ese pensamiento. Dile no a la queja te sorprenderás de los cambios que ocurrirán en tu existencia.

7.- Al ego le encanta estarse comparando, ya no más. Cuando la comparación se adueñe de ti …recházala. La comparación evita que estés atento a ti  mismo , a tu propia conciencia. Es una limitante para tu crecimiento.
8- A nuestro ego le encanta etiquetar a las personas, es una manera de sobre valorarse. Al creerse superior es responsable de la ambición, la envidia , el protagonismo, la prepotencia. Cuando etiquetamos , descalificamos y si estamos descalificando significa que nos estamos poniendo a un nivel superior que el otro.  Si exaltamos nuestra personalidad exageradamente  nos llegamos a creer el centro del universo. Es menester estar consciente de ello y de reconocer que sentirnos la tapa del frasco solo puede generar frustraciones, pensamientos destructivos y actitudes negativas.

9. Al ego le encanta el drama, es así como algunos problemas parecieran ser del tamaño de una montaña, entender que a veces las cosas no son tan grandes como parecen es una buena táctica para manejar al ego dramático. Nos percataremos que los problemas no son tan grandes y podremos mejorar nuestra eficiencia para resolver conflictos, o circunstancias.
10- Al ego le encanta la pereza a través de ella se retroalimenta ya que puede expandir los pensamientos con mayor libertad, Es necesario reconocer  si estamos siendo perezosos  y escuchar que dice el ego para justificar esa actitud. Frases como: “Ya cumplo con tantas otras cosas que no me voy a pedir más”; “Trabajo tanto que no me da tiempo y llego agotado”;  Al final siempre tengo otras cosas que hacer” “no tengo idea de cómo hacerlo”; “mañana es un buen día para hacerlo”, entre otras, son esgrimidas por el ego, el resultado, frustraciones, baja autoestima, sensación de fracaso, indolencia, etc.
Podríamos escribir infinidad de situaciones  donde el ego es rey , en la medida de que nuestra atención se ejercite , iremos encontrando  a los diversos yoes y sus maneras de actuar.
  En la red encontré algunas recomendaciones en el orden espiritual  que me parecen excelentes para controlar a ese inquilino llamado ego.

1.-Intente conocer su ego y determinar cuando su ego influye y domina su vida. Pregúntese: ¿Estoy escuchando a mi falso yo o a mi yo espiritual?.
A medida que vaya adquiriendo conciencia de su ego, podrá librarse del egocentrismo y entrar en la conciencia superior.

         2.-Comience a llevar la cuenta de con cuánta frecuencia usa el pronombre "yo". Al no centrarse en su propia persona estará superando el ego.

       3.-Comience a considerar su ego como una entidad que le acompaña y que tiene un propósito. Es invisible y siempre está a su lado.
Trata de convencerlo de que usted está separado de Dios, de su superioridad respecto de otros, y de que es "especial". El quiere que usted se sienta ultrajado cuando recibe un trato incorrecto, cuando lo insultan, cuando no lo acarician; ofendido cuando no sale con la tuya, herido cuando pierde en una competición. Primero conoce a esta entidad. Luego se percata de que está obrando en usted. Por último, se libre de ella.

      4.- Escuche a los demás y no se centre en sí mismo. Durante las conversaciones, concéntrese en lo que la otra persona está diciendo y en lo que siente. Luego responda con una frase que empiece por "tú, usted". Esto se denomina escucha activa. Es una manera de contener el ego y permitir que participe el yo espiritual.

        5.-Resista el hábito de permitir que el ego domine su vida.
Cuanto más se resista a permitir que su ego sea quien controle su vida, más pronto llenará el espacio que antes ocupaban las exigencias de su falso yo.

      6.-Practique la meditación diaria o el acallar su mente para deshacer la ilusión de que está separado del universo y que todas las almas son extensiones de la energía de Dios. Comenzará a tratar a los demás como le agradaría que lo tratasen a usted. Se sentirá conectado con todo y con todos.

      7.-Trate de borrar de su mente la palabra "especial". Especial implica mejor que, o más importante que. Niega que Dios habita en cada uno de nosotros. Todos somos especiales a los ojos de Dios: por lo tanto, nadie necesita la etiqueta de "especial". No hay favoritos. No se relega a nadie.
Todos somos Uno.

      8.- Escriba un diario. Trate de describir en que le beneficia sentirse ofendido. Lo que lo ofende es obra de su ego. No pretenda que el mundo debería ser como usted es y no como en realidad es.

    9.- Dé más de sí mismo y pida menos a cambio. León Tolstoy, pasó de ser un egocéntrico a ser un servidor de Dios, luego de aprender muchas lecciones y pasar por tribulaciones. Y escribió lo siguiente: "El único significado de la vía es servir a la humanidad". Sea quien acaricie. Sea quien da cariño.

     10.- Recuérdese cada día que el más alto culto que puede rendísele a Dios es servir a la humanidad, y que mediante ese acto su yo espiritual se sentirá realizado.

    11.-Ponga fin a la búsqueda externa de la libertad y conozca el sabor de la auténtica libertad que es la comunión con su yo espiritual. 

La auténtica libertad no necesita nada para demostrar su existencia. Sólo siendo auténticamente libre podrá amar, porque no existe amor sin libertad. La falsa libertad exige que tenga a la mano algo que dé fe de su existencia.

De igual forma encontré estas prácticas que de ejecutarlas diariamente , llegara el momento que las haremos de manera inconsciente lo que nos permitirá lograr el objetivo. Quitarle el control de nuestra esencia al ego

1.    No te sientas ofendido. Lo que te ofende sólo contribuye a debilitarte. Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontrarás. Sentirte ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra. 

2.    Libérate de la necesidad de ganar. Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien más rápido, más joven, más fuerte, más listo y con más suerte que tú. Tú no eres tus victorias.

3.    Libérate de la necesidad de tener razón. Olvidarse de esto es como decirle a tu ego: “no soy tu esclavo”. Pregúntate: “¿Quiero ser feliz o tener la razón?”

4.    Libérate de la necesidad de ser superior. La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento.

5.    Libérate de la necesidad de tener más. Por mucho que logres y adquieras tu ego insistirá en que no es suficiente. Cómo dijo San Francisco de Asis “ … es en dar cuando recibimos”

6.    Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros. Cuando te apegas a esos logros y crees que lo estás consiguiendo tu sólo es cuando abandonas la paz.

7.    Libérate de tu fama. La fama que tiene no está localizada en ti, sino en la mente de los demás, por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella. Si te preocupas demasiado por cómo te van a percibir las personas, te habrás desconectado de la verdadera intención. Así funciona el ego.



El trabajo para manejar el ego es difícil y eterno pero entretenido y productivo. Siempre querrá gobernar y el que estemos atentos y podamos manejarlo se tornara en una aventura placentera, se sentirá satisfecho ya que la búsqueda del placer es su objetivo y nosotros nos sentiremos más conscientes y dispuestos a seguir creciendo.











sábado, 29 de noviembre de 2014

Ese Inquilino Llamado Ego

       Segunda Parte 

           David Topi un estudioso  de nuestro ser interior nos dice que “el ego no es más que la herramienta que nos ayuda a organizar los diferentes aspectos de nuestra personalidad de forma que podamos funcionar en el mundo, ser parte de él, interactuar en todas las situaciones de nuestra vida, y desenvolvernos con cierta soltura en todo lo que hacemos.”
Viéndolo de esta manera nos preguntamos entonces ¿Cuál es el problema? El problema está cuando dejamos que sea el ego que nos use a nosotros como herramienta, cuando dejamos que se manifieste de manera absoluta oprimiendo, o aniquilando a nuestro yo interior.
            Si no queremos perder  el centro, la serenidad y la sabiduría no podemos permitirle al ego tomar el control. El ego cuando es un regulador de nuestra personalidad ofreciéndonos las habilidades necesarias para “sobrevivir” no es malo, pero el ego que toma el control de nuestra personalidad es un problema que al final convierte nuestra vida en un hoyo negro.
            Para reconocer al ego es necesario primero reconocer que no es uno solo, es como si dentro de nosotros existieran varias personalidades y que alguna de esas personalidades puede ser la dominante, estar atentos es la premisa, percatarnos cuando esta dominando cada una de ellas  y de qué manera está  opacando a nuestra esencia. Reconociendo los pensamientos que los retroalimentan y que fabrican en la mente situaciones no reales (fantasia)
            Como nació el ego en nosotros, ese que domina y aniquila nuestra esencia? Nació en nuestra niñez  en nuestro hogar, en la escuela, al ver televisión, al leer la historia, y se retroalimenta solito a medida que crecemos y nos interrelacionamos. Las circunstancias sociales esa dinámica diaria lo va alimentando inflándose como globo quita la visión al ser, lo adormece…hasta que por fin, cuando nuestro propio organismo se empieza a quejar, nos damos cuenta de  que es el inquilino quien gobierna, y literalmente eso implica la aniquilación de lo que somos…nuestra extinción.
        El ego es perturbador cuando se le deja, dominar  nuestra esencia,  nos habla constantemente nos dice, por ejemplo:
-       Lo que haces y lo que tienes define quien eres
     -      Tu reputación es lo más importante así que cuida lo que digan de      ti.
-       Debes actuar como actúa la mayoría si no eres raro.
-       Estas  separado de todos.
-       Lo más importante eres tú.
-       Debes temerle a Dios, no trabajar con el.
-       Los demás seres vivos están por debajo de ti.
-   Los niños y los ancianos dependen de ti ya que eres el único que tienes el         control absoluto de tus pensamientos.
-       No sabes nada tienes que aprender todo.
-       Mientras más duela mayor es el éxito.
-       Estas en el camino espiritual por ello eres mejor que muchos.
-       Si no puedes hacerlo eres un inútil. 
            Podríamos generar una larga lista con las frases que nos dice el ego, frases que esculpen nuestra mente convirtiéndonos en autómatas, lista interminable seguramente, el inquilino es tenaz y poderoso , porque le hemos permitido que así sea.
Y cómo hacemos? Como hacer que ese inquilino no perturbe de esa manera nuestras vidas?
En un principio debemos estar ATENTOS.
La atención es una de las herramientas más poderosas con que contamos, por ello practicar a diario para estimularla y convertirla en algo natural es prioridad en  nuestro trabajo.
Si estamos atentos podemos RECONOCER al ego, verlo, palparlo, saborearlo, olerlo, escucharlo, sentirlo.
Cuando lo hemos reconocido no es difícil ACEPTARLO, aunque al principio lo miramos con molestia por  las consecuencias de algunos de sus actos, nuestra aceptación es casi espontánea y desde allí desde la aceptación podremos entablar con él una relación más adecuada a nuestra verdadera esencia y trabajarlo de manera de controlarlo incluso totalmente. 
Reconocer al ego no es difícil, lo que viene del ego como amo, produce dolor, miedo, angustia, incertidumbre, obsesión por el pasado o por el futuro, culpa, dudas, temores frente al sustento, dificultad en las relaciones, temor al qué dirán, pensamientos negativos frente a uno mismo, inseguridad, temor a actuar, temor a que nos digan que NO, soledad, apego, rabia, manipulación, depresión, sobreprotección, intolerancia, desapego, entre muchas otras. Esta fábrica de emociones tóxicas, llegan a generar en nosotros enfermedades que incluso pueden acabar con nuestra vida o hacer que nuestra calidad de vida disminuya mientras estamos en este planeta, así que ya es hora de que identifiquemos a ese ego manipulador y dominante, tomar el control y empezar a vivir según lo que realmente somos. Para ello es menester que tengamos en cuenta de que el ego no es uno solo sino un cumulo de diversas personalidades o yoes que se entremezclan entre si y que a veces toman el control absolutamente. Cuando esto sucede es imposible que miremos más allá de lo que hacemos, el aquí y ahora se desvanece, el pasado y el futuro son los precursores de nuestros pensamientos. Viviremos para rescatar un pasado o para lograr un futuro, llenos de miedos por el que dirán y por no alcanzar las expectativas que se nos han insertado desde que nacemos a través del proceso de socialización.
El investigador, Iván Durán Garlick, autor del libro “El Ego" dice que “la mente  de una persona con poca autoconciencia es un hotel cinco estrellas para el ego”, por lo que  para evolucionar es necesario conocer qué tipo de ego predomina en la personalidad y trabajarlo.
Para su investigación, Ivan Garlick dispuso 10 categorías de ego, las cuales podrán ayudarnos a reconocer, aceptar y trabajar nuestro ego. El Ego Sabelotodo:  Es aquel ego que siempre cree tener la razón, le gusta dar consejos sobre todo, siempre contesta aunque no sepa, cree tener respuesta para todo, no se puede quedar callado. 
El Ego Insaciable: Es el ego “centro de mesa”, no le gusta pasar desapercibido, hace cualquier cosa para llamar la atención. 
El Ego Interruptor: Su necesidad de autorreferencia es tan fuerte que interrumpe permanentemente, nunca deja que los otros terminen de hablar. 
El Ego Envidioso: Es el que no soporta los triunfos y éxitos de otros. Degrada a los que cree que son mejores que él. 
            El Ego Prestigioso: Es el ego que busca aplausos, reconocimiento y admiración en todo lo que hace. Siempre quiere ser el mejor. Frecuentemente les dice a los demás: “te lo advertí”, “yo sabía”, “te lo dije, pero tú nunca me escuchas”, etc. 
            El Ego Jinete: Se monta de lo que dicen otros. Se aprovecha de los datos de los demás para su propio beneficio. Saca partido de lo que otros dicen para estructurar sus propias intervenciones. Es copión y usurpador. 
El Ego Sordo: Nunca escucha, le gusta hablar sólo a él, habitualmente finge escuchar. 
El Ego Manipulador: Es aquel ego astuto que siempre se las arregla, ya sea tergiversando, acomodando, engañando, mintiendo o justificando para que las cosas resulten siempre a su favor. 
El Ego Orgulloso: Es aquel ego competitivo, discutidor, que no le gusta perder. 
El Ego Premental (silencioso): Es aquel ego que calladamente tiene un discurso paralelo, es criticón, hipócrita y enjuiciador. 
Cuando uno de estos egos predomina incluso las relaciones interpersonales se ven afectadas, poco a poco las consecuencias se van convirtiendo en una bola de nieve, y si no hemos reconocido su existencia, ni siquiera entenderemos que sucedió ni por qué sucedió. En cambio sí lo hemos reconocido podríamos activar mecanismos para manejar  los efectos sobre nuestro organismos y sobre las consecuencias negativas   en nuestro entorno. 
                                                                                                                                             Continuará

viernes, 28 de noviembre de 2014

Ese inquilino Llamado Ego

Primera Parte
Convencidos  de que lograr la armonía de nuestro ser es la clave, seguimos hurgando dentro de nosotros. Encontramos a un “inquilino” muy tenaz y atrevido en nuestro interior; inquilino capaz de generar situaciones determinantes cada vez que ejecutamos una acción…ese Inquilino es El Ego.
Conceptos destinados a definirlo provenientes de voceros científicos y espirituales convergen; a veces llegan a enfrentarse dialécticamente, en su afán de darle forma o de conseguir un método para estudiarlo pero la labor no es  fácil por no decir imposible porque es intangible,  no es palpable con los sentidos; aunque a veces creamos verlo, escucharlo, olerlo, saborearlo, tocarlo.
Y entonces ¿Que es el ego?
En latín ego significa “Yo”.
En la medida  en que se comienza a analizar el yo bajo los diferentes puntos de vista es que el ego a nivel conceptual empieza a tomar forma; para un psicólogo, por ejemplo, el ego sería parte del estudio prioritario del individuo para poder evaluar su conducta. Para alguna religión, el ego sería una inclinación del individuo a separarse de Dios…mientras más YO menos Dios.
La disertación sobre el ego viene dada, entonces, por el área que lo esté conceptualizando.
El ego es definido por la mayoría como la valoración excesiva de uno mismo, escuchamos o decimos frases como “esa mujer tiene un ego insoportable” “no avanza porque su ego es más grande que una montaña”
“Gracias a su ego quedara solo”.  A nivel general, se le da una connotación negativa al ego, cuando en realidad el Ego es la conciencia de lo que se es.
Para la psicología el ego es aquello que hace que una persona sea consciente de su propia existencia e identidad y de que puede relacionarse con el medio. Viéndolo de manera simple es el “yo aquí”, existiendo en un lugar físico, en una realidad determinada. Es la dinámica entre ese yo y el mundo físico.
Pero todo no es tan simple, el ego empieza a ser objeto de estudio profundo  dentro de las ciencias de la psique, en virtud de la trascendencia que tiene en nuestros actos. Simón Freud, por ejemplo,  sabía que para explicar la psique del ser humano  tenía que profundizar en el tema, tanto o más que  como lo habían venido haciendo filósofos en épocas anteriores. Es así como creó la teoría de la Estructura del Aparato Psíquico, distinguiendo tres instancias fundamentales: el “Ello”, el “Yo” y el “Súper Yo”. El Ello son los deseos, las  necesidades básicas, la parte primitiva de la personalidad, su propósito es disminuir la tensión que puede existir cuando existe una necesidad básica insatisfecha. Según Freud es el motor de nuestro comportamiento. No mide las consecuencias, solo es. Está presente desde el nacimiento.   El Yo es el regulador, el equilibrio el accionar ante las necesidades del ello pero con el análisis del súper yo tomado en cuenta. Sentir el mayor placer posible sin salirse de los parámetros de la realidad .Cumple las demandas del ello pero de manera realista.  El súper yo, contrarresta al ello es la parte que critica, reprocha, aprueba ofrece recompensa.  En esta parte se internalizan las normas  reglas y prohibiciones.
La manera como Freud explica al ego permite analizar con mayor eficiencia al individuo en cuanto a su conducta, el psicoanálisis fundamenta su teoría en estos estudios, sin embargo  si nuestro propósito es mejorar como seres humanos, toda esta teoría no nos ofrece elementos para hacerlo, nos resulta complicado nos sirve para entender  un poco de donde viene y como es, pero no para adquirir herramientas que logre nuestro objetivo.
Otras áreas del conocimiento han definido al ego, pero el parecido con el concepto que ofrece la psicología es notorio, por ejemplo la filosofía dice que el ego es el reflejo de la realidad de cada uno de los individuos, la antropología lo define como el punto desde donde se desarrollan todos los parentescos de las personas. Como se puede apreciar es en esencia el yo, relacionado con el área específica que lo define o que le da uso.
Cuando queremos explicar al ego en el área  espiritual el concepto se contrapone con el concepto de espíritu propiamente dicho, Mientras el ego es mente, personalidad, individualidad, yo. El espíritu es Alma conexión con la humanidad, nosotros, esencia, conexión con Dios o con un ser superior.
Verlo desde un solo aspecto obviamente nos genera un conflicto ya que no podemos ser dejando de ser, la personalidad es parte de nosotros y el ego forma la personalidad.  Si pensamos que el ego es la ausencia de Dios, Entonces ¿Es la sumisión la respuesta, el camino para dejar de lado a nuestro ego? Mientras menos pensamientos más cerca de Dios y menos ego?
 No es cuestión, entonces,  de la creencia o no de un ser superior a nosotros, es que al dejar que sea el yo quien domine nuestros actos, seguramente todos los componentes espirituales en nosotros se verán trastocados, porque al ser el individualismo nuestra premisa, obviamente el nosotros, la conexión con la humanidad y con los demás seres vivos estará rezagado a un segundo plano. Cosa que esta contrapuesto con la idea de crecer en todos los ámbitos de nuestro ser impidiendo que logremos el equilibrio que requiere nuestro ser para que logremos manejar los eventos físicos, psicológicos y espirituales de manera armónica.
Dejar que sea el yo quien solo gobierne nos permitirá ser a medias y no podemos acallar el hambre de SER totalmente, algo en nuestro interior nos está indicando que somos más que piel, más que mentes y es por ello que nos ha invadido la necesidad de descubrir algo más del ego  y de cómo influye en nuestro  crecimiento, de cómo manejarlo para dejar salir nuestra  esencia.

Al estar atentos a nuestro interior  y comenzar a percibir cuan maravillosos somos  el ser nos pide a  gritos que ahondemos en nuestra  parte espiritual,            ( nuestras creencias religiosas ciertamente juegan un papel importante )  nos percatamos, en cuanto al ego, que es   un inquilino habitual en nuestras vidas y que desafortunadamente, al no comprenderlo, comenzamos una relación de amor y odio, que al final nos limita el proceso de crecimiento  en el cual queremos y necesitamos  sumergirnos. En un principio nos decimos que el inquilino es importante para consolidar nuestra personalidad , nuestro carácter después de todo tiene mucho que ver con el ego , eso está muy bien pero muy pronto nos sacude un escalofrió ,conscientes de lo que somos y de quienes somos,  nos damos cuenta de que el inquilino  se sobrepasó y lo que era parte de nuestra personalidad se convirtió en una característica que distorsiona todo lo que verdaderamente somos  , y que poco a poco nos ha convertido en seres inseguros, iracundos, ansiosos , miedosos, y con un cúmulo de afecciones biológicas que limitan nuestra existencia. Sería un error, sin embargo,  ver al ego como “algo malo”; como un monstruo que nos destruye día con día. Verlo de esa manera dificulta mucho nuestro trabajo en él. El ego es parte de nosotros y por ende lo primero que debemos hacer es aceptarlo, reconocerlo y amarlo. Al no verlo como enemigo, sino como herramienta, las cosas empezaran a marchar de manera idónea. 
Continuará