Estamos en
este planeta vivimos en él, es lógico que nos involucremos en los
acontecimientos que la sociedad humana impone. Es así como nuestras emociones
se confrontan día a día con nuestra manera de ser y de pensar.
Como seres
únicos encontramos que no todos manejan sus emociones de la misma manera ni
todos piensan igual que nosotros. Esta circunstancia muy humana y bendita, ya
que por eso somos tan valiosos, a veces se convierte en enfrentamiento y si nos dejamos llevar por el deseo
imperioso del ego de tener la razón, podría pasar que las manifestaciones de
nuestros pensamientos se entonan de manera fuerte y a veces hasta violenta.
¿Cómo hacer
para que el flujo de ideas constante no choque unas con otras? ¿Como hacer para expresarnos sin caer en discusiones fuertes e
irrespetuosas? Recordemos que la verdad es relativa, seguramente nuestra verdad
es ¡LA VERDAD!, y seguramente el otro estará seguro de que su verdad es ¡LA
VERDAD! …. cuestión de perspectiva, de necesidades; para mantener la
ecuanimidad tenemos que estar consciente de ello. Para respetar la opinión de
otro tenemos que tener presente que como
nosotros esa persona esta convencida de lo que dice.
Si no
fundamentamos nuestra verdad con hechos y teorías no vamos a convencer a nadie,
si no sustentamos nuestras palabras con situaciones comprobables es mejor no
empezar una conversación donde sabemos las palabras se pueden tornar agrias, ásperas...dolorosas. El ego debe
quedar de lado, querer tener la razón por que sí, dista mucho de un pensamiento
positivo y nutritivo, seguramente la conversación nos generara sin sabores.
Vamos a permitirle a nuestra esencia manifestarse, respiremos y si la conversación no nos va a llevar a ninguna parte , es preferible abandonarla en nombre de la armonía. el afecto, la salud , la felicidad. Estos tiempos son pruebas para determinar cuanto estamos dispuestos a crecer; claro que puedes seguir pautas sociales e involucrarte en sus procesos, pero tambien puedes mantener la calma y la cordura, aceptar aquello que no nos gusta y celebrar lo que nos gusta. No podemos cambiar al mundo si antes no estamos dispuestos a cambiar nosotros.
Todo sea por la paz. Encontremos la armonía...el equilibrio.